martes, 3 de mayo de 2011

Fracasos

Imagen tomada de: www.ecobachillerato.com/blog6/uploaded_images/fracaso_escolar590-742257.jpg
Tu podrás entenderme bien,  la situación es esta: Nos pasamos la vida buscando la respuesta a muchos de nuestros conflictos, para evitar ese eterno enojo con la vida y esa infinita amargura que a veces sentimos hacia aquello que perdimos.  
Cada que las cosas salen mal no sólo nos desalentamos y sentimos que no importa todo el esfuerzo que hayamos puesto, que no importa que hayas dado todo de ti por el simple hecho de cumplir tu cometido. No valió la pena, todo fue un fracaso, no lograste lo que te propusiste. 
Y creo que ese es justo uno de los peores sentimientos, cuando crees que fallaste. 
Es un sentimiento tan desgarrador que todo ser humano quiere cubrirlo. 
Es el dejar de sentir que el fracaso fue tuyo y la solución más sencilla para enmascarar aquel sentimiento de fracaso interno, es no hacerlo propio, sino ajeno. Con esto quiero decir que una vez que hemos visto cuanto duele perder todo por lo que hemos luchado, queremos hacer cómplices a los demás, queremos quitar de nosotros ese sentimiento de fracaso y es cuando comenzamos a justificar que no fue culpa sólo nuestra, si no que existieron diversos factores que jugaron en contra de ti. 
Que las demás personas son las culpables. 
Y te frustras más, por que ahora te hiciste  creer que no estaba en tu control el cambiar la situación, porque ahora tu enojo no solo es interior, si no que estamos consumidos por el sentimiento de fracaso más aquel rencor que le tienes a todos aquellos que culpaste por tu propio error.
¿Y saben? Aunque si, es una respuesta casi natural, inconsciente también, es lo peor que puedes hacer.
Porque  al decirte a ti mismo que no tuviste el control, que no tuviste el poder de cambiar, tan sólo te programas para decidirte a jamás tomar las riendas de la situación. Te amargas pensando en "que hubiera pasado si los demás hubieran actuado de tal forma o de otra". Te torturas pensando que nada esta a tu alcance, cuando la realidad... La realidad es que todo esta a tus pies, la realidad es que eres el amo y señor de tu vida, el único capaz de hacer cambios trascendentales o quedarte en la mediocridad. La realidad es que cualquier cosa que pase en tu vida, tuvo que ver contigo, por lo tanto tuviste la oportunidad de influir en aquella situación que te atormenta por creer que los demás lo pudieron cambiar. La realidad es que nadie te puede cambiar, si tu mismo no quieres cambiar.

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